Barcelona rompe con todo. Desde Messi hasta Gaudí. Y ahora están por romper a (y con) España, tal y como la conocemos.
Barcelona nos recibió revuelta. Agitada.
Llegamos. Hace exactamente una semana fue el atentado en el que un tipo en camioneta pisó y mató a 13 personas en La Rambla, la calle peatonal más concurrida de la ciudad. Estamos parando en una casa ahí a media cuadra. Hay ofrendas, flores y velas por varios lados. Pero los 13 nombres escritos en el piso se van borrando rápidamente porque Barcelona siguió caminando. Están en postura de “no tenemos miedo, no nos van a aterrorizar”, y siguen como si nada.
Lo que sí se respira es “Independentismo” y “Referendum”. Los balcones rojos y amarillos con una estrella proclaman “Si!”. Está caliente el tema. Ahora les cuento mi interpretación sobre la cuestión y la debatimos. Porque si Catalunya logra independizarse de España, pasar de ser una “Comunidad Autónoma” a una República separada, se arma un quilombo bárbaro. Como ha dicho el presidente Rajoy, “España se rompe”.
Barcelona es Antoni Gaudí. Desde la arquitectura, el tipo rompió con las formas de la Revolución Industrial y creó un estilo propio, el Modernismo. A lo que eran ciudades, calles y casas de piedra medieval, le agregó madera, hierro forjado, vidrios y cerámicas de colores. Rompió cn la tradición y creó su estética. El tipo decía que había que ser “original”, para eso debía volverse a los orígenes, a la naturaleza.
Inspiraba sus edificios en formas de la naturaleza misma. Vas caminando por el Paseig de Grazia y te cruzás con la Casa Batló, que representa un dragón tomado de la historia folklórica catalana. Allá en la esquina se ve La Pedrera, que le copió la forma a la arena de las playas de la ciudad. Y a dos estaciones de metro, emerge imponente la Sagrada Familia, con su fachada que parece vela derretida pero está inspirada en las montañas de Montserrat.
Barcelona está decorada con naturaleza de cemento, hierro, madera, vidrio y pedacitos de cerámica de colores.
La naturaleza es perfecta. Por eso el tipo, dicen, nunca en su vida hizo dibujos o planos de sus obras. Maquinaba todas sus formas directo en su cabeza. Cuentan que cuando le entregaron el diploma de arquitecto, el docente le dijo “no sé si le estoy entregando el título a un genio o a un loco”. Para ser genio tenía que ser loco. Tardó 10 años en recibirse porque entre su casa y la escuela estaba la calle Avignón, la de las prostitutas y el bar de Los 4 gatos, donde escabiaba absenta con un tal Pablo Picasso. Y murió como un loco y genio. Solo y pobre. Cuentan que yendo a la iglesia lo pisó un tranvía, y como parecía un indigente de la calle, lo dejaron tirado y ahí quedó.
Barcelona es Gaudí. Era Gaudí. Ahora es Messi. Todos con camisetas de Messi. Con gente de todo el mundo, de todos los colores, adentro de esa 10. El tipo rompe a y con todo. Destruye cualquier arquitectura. Tuve el hermoso y enorme culo de que me toque Barcelona vs Juventus por Champions. Y vi como el enano rompió todo y dejó parado, rendido, a Buffón. Dos veces. Messi es revolución.
Acá los catalanes cuentan que lo que cambió la cara y la vida a la ciudad fueron los Juegos Olímpicos del 92. No sé, para mi que nunca hubiese llegado a tanto esta avanzada independentista si no hubiesen tenido a Messi acá. Les levanta la pija a la ciudad entera una vez por semana. Mas bien que se le van a animar a la Corona, a Naciones Unidas, a la UEFA. Messi va a romper España.
Porque se va a romper. Ahora, o más adelante. Pero va a eso. La gente salió a la calle. Las banderas en los balcones gritan “si!”. En el Diario Marca de hoy, las primeras 36 páginas hablan del referéndum del “1-0”. El primero de octubre todo Catalunya vota si quiere independizarse del estado español o no.
¿Quién vota? Ahí está el quilombo. Para Puigdemont, Gobernador de Catalunya, sólo vota Catalunya. Son ellos los que deben elegir su propio futuro, su autodeterminación. Para “España”, dicen que estaría bien que se vote, pero que es una decisión de todo España. Porque según la Constitución, votada en el 78 hasta por los mismos catalanes, dicen que en casos así vota todo el resto del país. Por eso están considerando “ilegal” esta movida. La Guardia Nacional ya metió presos como a 15 intendentes o algo así. No sé, cuando Argentina se independizó, no se le preguntó al pueblo español qué le parecía. Se lucha y se toma. Por algo se llama “Independencia”.
Catalunya no es española. No nace española. Es hija huérfana de otros padres. Y fue adoptada, adosada al estado español bajo sus propias regls. Catalunya pertenecía a la corona de Aragón. Cuando un tal Aragón palmó, un sucesor se casó con la corona de Castilla, y ésta se quedó así con Catalunía. Muy Game of Thrones. Tienen otro origen, hasta otro idioma. Durante 40 años de dictadura Franquista estaba prohibido de muerte hablar Catalán. Y resistió. Se la bancó. Parece difícil hablarlo y eso, pero yo ya le saqué la ficha. A todas las palabras le sacan la última vocal. Probá, fíjate, vas a ver. De nada.
En Barcelona dicen no ser españoles. Se sienten catalanes, de la República de Catalunya. Tienen su bandera, su idioma, su origen. Su propia historia. Tienen a Gaudí. A los Juegos Olímpicos del 92. Tienen un pueblo bastante rebelde. Tienen a Messi. ¡Tienen a Messi!
Pero claro, leyendo un diario español, con el ojo ya bastante entrenado en Argentina, se ve entre líneas un hilo finito pero que atraviesa firme siempre. Gaudí era un genio, pero construía casas e iglesias para la alta burguesía que le encargaba hacerle casas ostentosas de poder.
A Messi le “perdonaron” una evasión impositiva multimillonaria porque lo que tributa por lo que genera es una canilla que a nadie le convenía cerrar.
Y atrás del pueblo que sale a manifestarse a la calle por el “si!”, está la enorme burguesía catalana dueña de la zona industrial mas rica y productiva de todo España que, cansada de tributar más de lo que recibe, quiere dejar de “mantener” al resto de España. Ahí está la cosa. En el fondo, es guita.
Messi, rompé todo.